La Comisión Europea quiere adelantar a los 17 años la edad a la que los jóvenes pueden hacer las pruebas para obtener el carné de conducir y empezar a conducir un vehículo, eso sí, acompañados de un adulto y con fuertes restricciones.
La propuesta de la Comisión Europea contempla también el cobro de las multas y sanciones por infracciones cometidas por un conductor en otro país europeo, algo que actualmente eluden millones de personas, y posibilitará la retirada del carné en toda la UE para los casos más graves.
El objetivo de este paquete de medidas, que tendrán que ser examinadas por el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE antes de poder recibir el visto bueno final, es “simplificar las normas de los permisos de conducir a la par que se adaptan a los avances tecnológicos y médicos” y se garantiza que los conductores, especialmente los noveles, “estén bien entrenados”, sobre todo ante nuevos riesgos como el que supone el creciente tráfico de bicicletas en carriles compartidos. “Se enseñará a los futuros conductores cómo compartir las carreteras y calles con un creciente número de usuarios más vulnerables, como los ciclistas”, ha dicho al respecto el vicepresidente de la Comisión Frans Timmermans.
La Comisión quiere hacer sobre todo hincapié en los conductores más jóvenes. Y ofrece un aliciente para ello: adelantar a los 17 años la edad en que pueden empezar a sacarse el permiso de conducir, incluido el permiso C para vehículos más pesados. Con ello, Bruselas quiere lograr dos metas: no solo mejorar el entrenamiento de los conductores más noveles, sino “hacer más atractivo” el sector del transporte por carretera para los jóvenes, una prioridad “en vista de la falta de conductores profesionales” que sufre la UE, ha recordado la comisaria de Transporte.
Eso sí, los conductores jóvenes deberán respetar estrictas reglas: hasta la mayoría de edad, solo podrán conducir acompañados de un adulto.
Además, el periodo de pruebas tras sacarse el carné —la famosa L de los principiantes— se extenderá a dos años, durante los cuales, regirá una “tolerancia cero” de alcohol: aunque en sus países haya tasas de alcoholemia permitidas, los conductores noveles no podrán beber una sola gota de alcohol cuando se pongan al volante durante los dos primeros años.
No solo se trata de los conductores. Bruselas también quiere que a los Estados les sea más sencillo cobrarse las multas o imponer las sanciones a los conductores de otros países por infracciones de tráfico en su territorio, “para que no haya impunidad para quienes incumplen las normas al otro lado de la frontera”, ha recalcado Valean.